¿Qué cuentas de tu marca en idioma color?

 

Te contamos algunas pistas sobre cómo escoger los colores de tu marca.

Sabemos lo horribles que eran las preguntas abiertas en el colegio y lo mucho que nos tensaba que aquel tonito interrogativo terminase con nuestro nombre. Por eso hoy llegamos lanzando una pregunta directa y muy, muy cerrada.

En el post anterior chismorreamos sobre la imagen y la identidad corporativa. Bien, pues ahí va: ¿tenemos ya clara la diferencia entre las dos?…

Con un simple “síiiiiiiiiii, por supuestísimo, fantástico, desde luego, claro que sí” quedamos satisfechos. Y con un “regular”, nos consolamos con poder charlar de nuevo y contaros sobre uno de sus elementos principales un poquito más de cerca: nuestro color corporativo.

A por ello. Poned la oreja.

Pongámonos en situación: has encontrado tu huequito en el mercado y tienes un servicio maravilloso que ofrecer. Ahora, ¿cómo eliges un color igual de maravilloso para tu marca?

a) Mediante un análisis de la competencia.

b) Elijo el amarillo porque mi prima se disfrazó de pollo y me recuerda a ella. 🙂

c) Teniendo en cuenta la psicología del color.

d) Viva mi prima y vivan los nuggets pero A y C son correctas.

Bueno. Preguntas cerradas y tipo test, vamos bien, ¿no?. Ahora veamos cómo colorear tu marca.

¿Qué debemos tener en cuenta?

Queramos o no, el color comunica emociones. En un día triste, te verás a ti mismo de negro de pies a cabeza sin casi haberte parado a pensarlo. Lleva consigo connotaciones psicológicas que nos servirán para direccionar nuestra marca o producto.

Además, comunica rápida y sutilmente. Si miras un logo de lejos y con el sol de frente, probablemente te quedes con poco, pero si algo percibes, y si algo recuerdas al darte la vuelta, seguro serán sus colores.

Lleva consigo connotaciones psicológicas que nos servirán para direccionar nuestra marca o producto.

No queda duda de que es un elemento clave: fácilmente reconocible y con gran impacto, ahora desarrollemos un poco los puntos A y C.

1. (A) Fijarse en la competencia.

Por paradójico que suene, tu competencia podrá ser tu mejor aliada. Podemos mirar con perspectiva la comunicación de nuestros rivales: sabemos que nos estamos haciendo las preguntas adecuadas, y podemos intuir que ellos probablemente ya hayan pasado por este proceso. Vamos a aprovecharlo.

Tu competencia podrá ser tu mejor aliada.

Una buena idea es colocar todos sus logotipos en un círculo cromático… y a leer las cartas. ¿Qué colores se repiten y dentro de qué abanico jugamos? ¿Hay algún hueco libre que nos pueda interesar?

Empieza el juego. Si la mayoría barajan tonos azules y rojos, lo más probable es que esas opciones funcionen: así, podremos unirnos a la batalla o, con esa información, optar por diferenciarnos. Una buena opción podría ser combinarlos y apostar por un morado que nos haga sobresalir

2.(C) Teniendo en cuenta la psicología del color.

Cada tono tiene una gran influencia y una enorme capacidad de transmitir sentimientos, mucho mayor que la de algunas personas, por qué no decirlo…

Es algo crucial para una marca, hasta el punto de que el 85% de los consumidores lo consideran el aspecto más relevante a la hora de tomar la decisión de compra; por lo que sería bastante poco inteligente no meditar su elección.

Veamos qué efecto pueden tener los diferentes colores y algunos ejemplos de cómo se han ido utilizando.

Es algo crucial para una marca, hasta el punto de que el 85% de los consumidores lo consideran el aspecto más relevante a la hora de tomar la decisión de compra; por lo que sería bastante poco inteligente no meditar su elección. ¿Qué efecto tiene el azul en nosotros y con qué lo asociamos?

Es el color por excelencia del mar y del océano. Hay algo sensorial que nos inspira, nos da calma y confianza.

 

Para una marca de cosmética y cremas como Nivea, el azul es sin duda su fuerte. Quitarle el azul es como robarle su identidad. Robado el azul, robada la calma. El logo de Nivea en negro podría perfectamente pertenecer a una marca de productos tecnológicos o incluso a un coche elegante.

Amarillo:

Es un chute directo de energía, transmite un positivismo único al que pocos colores aspiran. Es una apuesta perfecta si queremos destacar y llamar la atención de nuestro público, pero habrá que usarlo con ojo, porque no es amarillo todo lo que reluce:

Sí, es jovial, es divertido, fresco y brillante, pero con un mal uso puede transformarse en… — coge aire — : rencor, enfado, celos, inseguridad, superficialidad, falsedad, locura, envidia, ira, ¡e incluso traición le cambiamos su amarillo por un azul — que tan acertado parecía para Nivea — ; su encantador fantasmita pasará a ser un fantasmón de negocios con muuuchos años encima.

Rojo:

Por último, y a riesgo de ponernos románticos ya en el final, chismorreemos del rojo. Se ha ganado el corazón y la atención de casi todos nosotros. Es ese color-guaperas que sale de noche y puede acabar con desenfreno y loca pasión o con un intenso y bonito romance.

Sus tonos recogen calidez, fuego, amor y es el color por excelencia de, precisamente, la excelencia y la victoria.

Estimula el apetito y ayuda a comunicar la fuerza e intensidad de marcas como Cocacola. Una vez más, si a alguien tan loco como nosotros, se le ocurriese poner un verde a esta bebida gaseosa, pasaría de ser una opción refrescante a sacar a la luz aquella botella que olvidaste al fondo del armario y que ya no sirve ni para desatascar tuberías.

Sin embargo, el rojo, también tiene la capacidad de llevar consigo fuertes connotaciones de advertencia, peligro y atención.

Como ves, un mismo color puede darte la mano y en algún otro caso soltarla a traición. Así que ahora que sabes esto, estamos seguros que querrás tomarte tu tiempo y vestirte de ese color que transmita fielmente los valores de tu marca.

 

 

 

Author avatar
PAQUITA
http://plus-go.com